Regresan a la Patria los tres luchadores antiterroristas cubanos

18.12.2014 10:00
En junio de 2001 el líder histórico de la revolución cubana, Fidel Castro, prometía al pueblo que volverían al seno de sus familiares y a su Patria los cinco luchadores antiterroristas, detenidos injustamente en 1998 en territorio norteamericano por monitorear las acciones criminales de los grupos de ultraderecha de origen cubano, asentados en la ciudad de Miami.

Hoy finalmente se hizo justicia y el gobierno de Estados Unidos liberó a los tres antiterroristas cubanos que aún permanecían presos en cárceles norteamericanas. Ya con nosotros se encontraban René González y Fernando González, tras cumplir integramente sus sentencias.

Antonio Guerrero, Ramón Labañino y Gerardo Hernández ya se encuentran en suelo cubano, tras 16 años de injusto encierro y violaciones de sus más elementales derechos humanos, como informó en una alocución a todo el país el presidente cubano, Raúl Castro.

Los tres antiterroristas cumplían una sanción que de conjunto sumaba dos cadenas perpetuas, 66 años más 10 meses y cinco años de libertad supervisada.

Junto a René y Fernando, Antonio, Ramón y Gerardo fueron víctimas de un amañado y politizado proceso judicial en Miami, desde donde los grupos de ultraderecha de origen cubano han fraguado incontables acciones criminales contra el pueblo y gobierno de la Mayor de las Antillas.

Indetenible fue la ola de solidaridad que despertó a nivel mundial el caso de los Cinco Héroes, como se les conoce internacionalmente. Cientos de Comités de Solidaridad y apoyo se constituyeron a lo largo y ancho de la geografía mundial.

Gobiernos, personalidades, dirigentes, parlamentos, Premios Nobel demandaron en estos 16 años la inmediata liberación de los luchadores antiterroristas. A todos ellos expresó Raúl Castro el agradecimiento de familiares, pueblo y gobierno cubanos por su ardua y abnegada labor.

También agradeció al Vaticano, en especial al Papa Francisco y al gobierno de Canadá por las facilidades creadas para el diálogo al más alto nivel que mantuvieron Cuba y Estados Unidos y que posibilitó la decisión del presidente norteamericano, Barack Obama, la cual, enfatizó Raúl Castro, merece respeto.

Cuba, por su parte, decidió liberar a un espía de origen cubano que estuvo al servicio de Estados Unidos y a Alan Gross, detenido por acciones para subvertir el orden constitucional cubano. Igualmente fueron beneficiados penalmente personas por las que Washington había mostrado interés.

La liberación de los tres luchadores cubanos y otros avances en materia de normalizar las relaciones bilaterales, resultado de las conversaciones, demuestran, como subrayó Raúl Castro, que se puede avanzar en la solución de muchos problemas, aunque existan diferencias en diversas materias.

Una vez más Cuba reiteró su disposición de mantener con Estados Unidos un diálogo abierto y franco, siempre sustentado en el respeto a la soberanía, la independencia y la no injerencia en los asuntos internos.